Eran las 3 de la tarde el luminoso, estaba derrochando luz a todo lo que da. Debajo de esos rayos se encontraban los comerciantes muy acalorados y sudorosos, que entre tanto bullicio se escuchan a lo lejos “De a 10, de a 10”, “Llevele güerita, pregunte sin compromiso”, “Venga mi gente, pasele y pregúntele”, “Bolsas y carteras, bolsas y carteras”; ese bullicio era de los que día con día, pese al frío y al calor se encuentran trabajando para llevar dinero a sus casas.

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Gente que se puede encontrar en todas partes, pero en este caso la zona centro de la CDMX; conforme vas caminando por la calle del Carmen, un lugar muy transitado por compradores y en el cual puedes encontrar todo tipo de objetos a muy buen precio; es posible apreciar que aproximadamente en cada esquina se encuentran aquellos hombres de manos sucias y trajes azules, que brindan “seguridad” a todo aquel que transite por el lugar.

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Del lado derecho, pegada hacia la pared con un pequeño puesto de ropa para niño, se encuentra una chica de mirada angelical y sonrisa coqueta llamada Tania, que desde sus 14 años ha trabajado por esa zona. Ella comenzó a trabajar por cuestiones económicas.

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Se logró entablar una plática con la señorita y comentó que la situación de los vendedores informales es muy difícil,  debido que muchas veces los policías impiden que realicen su labor a gusto, debido a que estos llegan arrebatar la mercancía y agreden brutalmente a los ambulantes y mencionó en particular a 2 policías que se dedican hacerles la vida imposible, “El niñote” y “El perro”, No sólo en Tepito, sino en otra partes del centro.  Por otra parte Tania comenta que entre estos últimos existen claves que les ayudan a identificar posibles operativos. Tania asegura que sólo algunos saben estas claves que los mantienen alerta “pues existen muchas, pero la verdad yo sólo me sé 3. Qué 20-qué 20, ¿Qué pasa en tu zona?; 28-28, Todo tranquilo; R2-R2, “¡Correle con tu mercancía!”