la disidente.
texto y fotografías por: Diana Pamela Sánchez Campos
17 de octubre de 2017.
Ambas selecciones salían de los vestidores, cruzaban miradas. El nerviosismo, ansiedad, esperanza y concentración eran perceptibles en el ambiente; ambos equipos pretendían hacer su mejor esfuerzo.
Las capitanas se reunieron con el árbitro para tirar el volado que determina la elección de cancha. Miranda Salman, erguida, serena e implacable observa con cautela la moneda que gira frente a la recién registrada Asherah Elizabeth Rojas Cruz.
Un par de meses atrás, se presentó oficialmente al mundo como Asherah en honor a la diosa hebrea, símbolo de feminidad. Y Elizabeth para reconocer a todas las mujeres valientes que a lo largo de la historia portaromn con orgullo ese nombre.
Silbó el árbitro y rodó el balón. Asherah, mejor conocida como “Trixie”, empezó desde los primeros minutos dominando el balón, haciendo un par de centros interesantes al área, explotando la adrenalina que le produce el “sentirse libre”, motivada por compartir por primera vez la cancha con la figura que durante tantos años fue su admiración.
